Se fue

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Sólo aquellos que somos totalmente miopes y utilizamos lentillas, conocemos esa sensación de visión borrosa debido a no haber parado de llorar.

Cuando por más que restriegues los párpados no consigues aclarar la imagen y sabes que la única forma de volver a ver correctamente es quitándote las lentillas, no hay opción , es que has llorado en exceso.

Odio llorar, no sé si lo he comentado en alguna ocasión. Los lloriqueos me ponen nerviosa, me irritan, pero hay algunos momentos en la vida en los que no sólo debes hacerlo, si no que es necesario para tu salud mental.

El pasado fin de semana se dió una de esas circunstancias . La pérdida de un ser querido, cercano, familia, íntimo….en fin….en esa coyuntura ya no controlas tu…, tienes, debes dejarte llevar por los sentimientos, y si hay que llorar se llora.

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Ver morir a una persona es durísimo. Si esa persona es tu padre, no lo olvidas jamás. Si tu madre está a su lado cogiéndolo de la mano, e intentando arrebatárselo a la muerte, el sufrimiento es terrible, sabes que va a perder, y no puedes hacer nada para evitarlo.

Que siempre se van los mejores, es una frase típica del todo incierta, todos nos vamos, buenos y malos, pero sí conocemos a nuestro alrededor verdaderas malos individuos que campan por sus respetos, mientras que bellas personas fallecen excesivamente jóvenes , de manera injusta, o con un sufrimiento inaceptable. Mi padre reunía todas estas características, una bellísima persona, joven, que sufrió de más antes de morir.

Era «el abuelo» perfecto. Siempre pendiente de sus nietos. Siempre en los partidos de fútbol, preocupándose por su educación, porque leyeran, aprendieran a jugar al ajedrez y fueran buenas personas (algunas de sus peculiaridades más notorias)

Cuando ví a Fuensanta Marín en el tanatorio (íntima amiga de la familia, además de vecina de toda la vida), recuerdo que nos reíamos comentando, que con los pocos lectores empedernidos que teníamos en la ciudad , era una auténtica pena que fueran desapareciendo, mi querida Ana Granda, comentó que lo propio pasó con su suegro….ayyy¡¡¡ nos cargamos el negocio de las librerías¡¡

Era un gran marido, y mi padre, y hablar o escribir de él en pasado, me duele y me cuesta.

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Hace relativamente poco tiempo alguien me dijo que yo era «la frases»…..me quede pensativa y sonreí para mi….si, es cierto,….lo soy…..porque mi padre lo era, siempre con sus frases. Algunas de las cuales han marcado sustancialmente mi vida. Empiezas a darte cuenta como te influyen y te marcan esos pequeños dichos….como han calado tan hondo en tí que intentas actuar en consecuencia….

Pero ante todo, lo que era por encima de todo, es una buena persona.Adoraba a su familia. Era como él decía su único vicio. Su mujer, sus hijos , sus nietos y su hermana. Siempre uniendo, siempre reuniendo, calmando.

Hablaba con él casi todos los días, preguntaba por mi hijo mayor, su debilidad, y me contaba alguna anécdota, normalmente hablábamos unos 20 minutos y nos despedíamos hasta el día siguiente.

Tenía un carácter fuerte, como buen leo, era noble y con un gran corazón , en alguna ocasión lo llamamos «susurros», porque si se enfadaba, rugía como el rey de la selva, pero sabíamos que los enfados le duraban poco, en seguida sonreía y parecía que no había pasado nada.

A mi me templaba, sobre todo en las discusiones, me decía que muchas veces era mejor dejarse ganar, merecía más la pena que vencer siempre, (cosa que me costaba sobre manera, pero creo que al final logré) porque, según él, no había nada peor que la envidia, y cuando alguien sobresale mucho, al final hace daño y eso no podíamos consentirlo, por lo que siempre quería que fuésemos humildes,  que sonriéramos y aprendiéramos de nuestros errores, aunque repitiera una y mil veces, que «La persona inteligente aprende de sus errores, pero la verdaderamente muy inteligente aprende de los errores de los demás».

No me creo que estoy escribiendo esto, no me hago a la idea de no hablar más con él. Me da una rabia terrible pensar que haya personas que no lo conocen y ya no van a poder hacerlo. Que en unos días es su cumpleaños y no va a soplar las velas, ni vamos a comprarle su Esencia de Loewe, o a volver a verlo trajeado y con sus corbatas, como el caballero que siempre ha sido, se me revuelven las tripas al pensar que poco después es el mío, y que por primera vez en mi existencia no me va a felicitar, a decirme su nenaaa, alargando la a, chasqueando con desaprobación mi carácter brusco, siempre recordándome que soy su «primogénita, en quien tenía puestas todas sus complacencias….», él y sus frases….y alentándome y haciéndome creer que puedo conseguir lo que quiera, que diera gracias a dios porque la naturaleza había sido generosa conmigo, y que guardara bien los maravillosos amigos que tengo, que él quería muchísimo también y que consideraba como algo fundamental.

Tengo que leer el libro que me pidió que le comprara en el hospital, y pendiente el ajedrez electrónico para enseñar a jugar a mis hijos. Y no me veo capaz de hacer ninguna de las dos cosas.

Este último mes y medio ha sido el más duro de mi vida. Y mi mente se resistió hasta el final. No iba conmigo. Hasta su último aliento no fui capaz de derramar una lágrima, ni siquiera con todas las tramitaciones posteriores, no era posible, no me podía estar pasando a mi. Mi queridísima  Anuski es testigo, con sus llamadas diarias de que yo no era consciente de lo que me estaba ocurriendo. Ni cuando la oncóloga nos dijo que la situación era grave, cuestión de horas….no, no reaccionaba, mi cerebro estaba herméticamente cerrado, en blanco, nada, ni una imagen, ni un recordatorio.

Hasta ese fatídico domingo 20 de julio, misa de funeral, 10 de la mañana. Y a mi querida cabeza le dió por dejar salir poco a poco, numerosos recuerdos de mi padre. Cada vez que alguien me abrazaba o me miraba sabía que ya no estaba. Era indiscutible, no lo iba a ver más, no lo oiría mas, ni me abrazaría, ni le compraría helados de chocolate, ni le colocaría las gafas, o me quejaría para que dejara de rascarse por los picores, no lo volvería a ver sentado en su sillón, ni llamarme para preguntarme los horarios de los partidos, no me calmaría, no me daría mas consejos, ni escucharía sus frases, definitivamente no estaría. No . Y lloré. Mucho. Siempre recordaré la última persona a la que abracé y lloré por él. Me dijo: «Tranquila, mujer, tranquila, ya está». Detrás mi íntima amiga Patricia, salí del coche nada mas verla. Me abrace a ella, pero ya no salían lagrimas, no había más.

Y pensé. Si, ya está. Y no quiero volver a llorar, nunca. Sólo lo merece un hombre como él.

Un besazo

PD: Desde aquí quisiera dar las gracias a todas aquellas personas que nos acompañaron en esos duros momentos. Fue un maravilloso consuelo.

 

 

 

22 pensamientos en “Se fue

  1. Qué palabras tan bonitas! Reflejan unos sentimientos únicos e irrepetibles. Su recuerdo permanecerá toda tu vida en tu corazón, no lo olvides. Un abrazo enorme.

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  2. Precioso.
    Si, se ha ido y ahora toca seguir siendo fuerte ¿verdad?. Pues si tienes que llorar, llora princesa.
    Quiero que sepas una cosa, cuando cenamos con Eva y Silvia, el 30 de mayo, tuve la sensación de que no estabas, tu sonrisa no era la misma, tu verdadera alegría no era esa, te recibí en la plaza de Santa Catalina porque te habías perdido y no encontrabas donde habíamos quedado a cenar, llegabas tarde, venias de casa de tus padres porque tu padre tenía fiebre y yo pensé, si me pasa a mí no sé si hubiese venido, quizás os hubiese llamado para deciros que no puedo ir y me hubiese ido a mi casa a descansar, pero allí estabas, con tu glamour a pesar del calor que hacia y de la chaqueta que llevabas, ufff, venias para que te diera algo. Durante la cena fue una sensación de distancia, tu cuerpo estaba allí con nosotras, después de tanto tiempo planeando la cena, pero tu mente creo que no estaba. Al día siguiente mi Paco me preguntó qué tal la velada y le contesté que bien pero agridulce. Solo quiero que sepas que desde ese día todos los días he pensado en tí y el Domingo a las once de la mañana cuando recibí la llamada de Silvia antes de descolgar ya sabia lo que había pasado, el corazón me dio un vuelco y se puso a mil y no sabes cuanta pena medió no poder acompañarte en esos momentos tan duros. Desde aquí y ahora te mando un beso y un abrazo muy fuerte para el día a día

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    • Gracias Virtudes gracias.
      Sólo alguien que me conoce desde que tenía tres años, puede distinguir la tristeza en mi risa, y efectivamente así era.
      El día a día es lo más duro.
      No te preocupes, estás siempre en mi corazón.
      Te quiero mucho.
      Un besazo

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  3. Esthercita guapa , q días tan difíciles pero q demuestran la maravillosa familia q formo. En estos momentos se q no hay palabras de ánimo para consolar un corazón q llora y hago mío tb la frase de virtudes de q tu sonrisa lleva tiempo siendo triste . Deseo con todas mis fuerzas q de nuevo vuelvas a sonreír de verdad porque a el le encantaría veros bien y poco a poco y con su ayuda volverá esa luz especial a toda tu familia. Se q el te protegerá con su bombón helado y seguirá todos los partidos de jorguito desde el cielo. Os quiero.

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    • Ayyy princesa¡¡¡, está siendo una época complicada, desde luego, y tu siempre a mi lado, apoyándome, escuchándome y aconsejándome.
      Gracias, gracias, y un millón de gracias

      Os quiero muchísimo¡¡
      Un besazo

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  4. Un fuerte abrazo, Esther. Como «apéndice» de tu querida amiga y amigo, sólo puedo decirte algo repetido y desgastado: ánimo, mucho ánimo. Esas frases y esos recuerdos que ahora te afixian y te hacen morir, son el tesoro más valioso que un padre puede dejar a un hijo y mañana, cuando el tiempo haya suavizado el dolor y la pena, resplandecerán en tu memoria y dibujarán una sonrisa en tu rostro y él… él te la devolverá, desde ese lugar donde todos iremos un día.

    Besos,
    Paco

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  5. TE acompaño en el sentimiento. Lo importante es que estuviese rodeado de todas las personas que le querían.
    Y llorar es una vía de escape, necesaria, que nos hace no vulnerables, sino humanos.
    Y hay una cosa peor para los que usamos lentillas y es el efecto contrario: que se resequen y no puedas ni pestañear.

    Un saludo

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  6. Que preciosas palabras, me he sentido identificada con cada una de ellas porque x desgracia yo tb perdí a mi madre -66 años- hace tres meses. Un abrazo fuerte y mucho animo Esther, ellos viven en nosotras.

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  7. Hola Ester

    Es increible cómo has conseguido desnudar tu interior y describir a la perfección lo que se siente cuando sufres en carne propia la muerte de alguien al que estás tan vinculado como puede ser tu padre.
    Yo,ademas de miope (y mucho),perdí a mi madre hace casi un año y todo lo que describes lo siento como si lo estuviese viviendo ahora mismo.El vacío que se queda es grande,muy grande.La incredulidad de lo que ha pasado tambien.Y un largo etc.que has sabido plasmar muy bien en este post.
    Ademas de darte mi mas sincero pésame,te aconsejo que hagas gran provision de paciencia contigo misma y cuando lleguen los momentos malos te los permitas sin mas.Es momento de llorar y desahogarse.Te recomendaría en estos momentos sin pensarlo,otro tipo de lectura que te ayude a comprender lo que estas pasando y ante todo…mucha comedia romántica que te haga sonreir y desconectar…
    Estoy segura de que andan mas cerca de nosotros de lo que nos pensamos y de que él está más que orgulloso de tu escrito.

    Un abrazo fuerte y mas sincero ánimo.

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    • Muchísimas gracias Mari
      Tener paciencia conmigo misma es más complicado de lo que parece, pero prometo intentarlo, y además me permitiré el lujo de desahogarme cuando lo necesite.
      Si, yo también creo que nos acompañan y ayudan.
      Un fuerte abrazo y un besazo

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